Evaristo Ribera Chevremont
Poeta Puerto Ricense cuyo nombre completo es Evaristo Ribera Chevremont
San Juan, 1896- 1976
Voy cosechando azules en el azul escueto
de la zona del trópico. Los campos, invadidos
por vegetales masas, denuncian el secreto
de abril, el de los fuertes y lúbricos sentidos.
Por tanto azul, los aires se muestran exaltados;
palpita, en expansiones gozosas, la arboleda;
y revélanse lúcidos e hirvientes los poblados,
de los que se desprende brillante polvareda.
Vibra el azul, nutrido de fuerzas y alborozos,
sobre la verde isla; refulgen escarlatas.
Esplenden amarillos y azules. Toques mozos
tienen en los jardines las resurrectas matas.
Algunas flores, túmidas y azules sus corolas,
se inmergen en las luces magnéticas del día.
En las riberas cálidas su azul curvan las olas.
Dice el azul su aérea, compleja sinfonía.
Poema "sinfonía en azul" de Evaristo Ribera Chevremont
La lengua que arropara de vocablos mi cuna
es la lengua brotada del solar de castilla.
Del romancero a lope, sin dejadez ninguna,
ofrécese en romance, soneto y redondilla.
Ni un átomo en mi forma corporal es reacio
al toque rutilante, musical y perfecto
de la lengua que en libro, cuartilla o cartapacio
le da, por su pureza, vigores al concepto.
Levántase la lengua de clásicos sabores
en los pergeñadores ciertos de la belleza.
Los doctores del canto, los puristas mayores,
me la sirven en cláusulas de altitud y justeza.
La lengua -voz de siglos-. A mi verbo se enlaza.
No habrán de destruirla, porque es la mejor parte
-lo substancial, lo eterno- del todo de mi raza.
Y mi raza es, en todo, fe, dolor, amor, arte.
Poema "lengua castellana" de Evaristo Ribera Chevremont
El sol cubre los muelles alongados y hundidos
en el mar, que salpican cáscaras y tablones.
En los muelles, azúcar, carbón, mulatos, ruidos;
y en el mar, buques, yates, bergantines, ancones.
La onda es azul, es verde; fulge, en lumbradas plenas,
desde el pétreo castillo que se yergue a la entrada
de la rada; en la orilla del mar, cocos, arenas.
La luz y los colores anclados en la rada.
Pintados caseríos; cortos y férreos puentes;
muros de españa sobre la cambiadiza onda;
jardines polvorosos, quemantes y crujientes;
y el alcatraz, de agudo pico, que hace su ronda.
San juan junta sus piedras, tal como el cielo junta
sus nubes; y su mole se abrillanta, se afina.
El trópico sus pastas de ardor y sueño unta
al morro, a san cristóbal y a santa catalina.
Poema "san juan" de Evaristo Ribera Chevremont